Editorial

En este número 10 de Instantes y Azares. Escrituras nietzscheanas, la sección dedicada a Nietzsche ofrece dos artículos que se abocan a la temática de la ley, desde dos perspectivas diferentes. El artículo de Virginia Cano transita temas nietzscheanos y derridianos, entre la voluntad de poder y la hospitalidad, a la búsqueda de la ley que gobierna
la economía de una “vita femina”. Cano explicita el discurso de lo vital en el pensamiento nietzscheano “en términos de una dinámica anoikonómica (des)centrada en una ley anómica”.

En este sentido, la vida, como Antígona, como la mujer, se patentiza “rica y monstruosamente plástica” en la tensión de sus legalidades antinómicas. Por su parte, Úrsula Carrión Caravedo se dedica la cuestión del análisis nietzscheano de las nociones de pólemos y agón entre los griegos, para identificar las características de la lógica agonal presentes en el modo de interpretar a los presocráticos.

La sección se completa con un trabajo de Pablo Drews López sobre la recepción de la obra nietzscheana en Uruguay, entre 1890 y 1910, rastreando su presencia sobre todo en la vida de los cafés, los cenáculos literarios, y las revistas culturales uruguayas, y mostrando de qué modo el ambiente intelectual de la época estaba impregnado del
ideario nietzscheano.

En la sección Postnietzscheanos, se ofrece la traducción del texto de Jean-Luc Nancy, “El a-ateísmo”, en el que resuenan muchos ecos del pensamiento nietzscheano de la muerte de Dios. Nancy plantea que el ateísmo es la única forma posible del pensamiento en la contemporaneidad, en la medida en que carecemos de toda representación de lo divino. Estamos en la época de “rechazo de los dioses”, y ya no en la del simple alejamiento de los mismos. Pero de alguna manera la filosofía siempre ha sido atea, en la medida que “dios” ha sido el nombre para referirse a la existencia de lo contingente.

En dos artículos de esta sección, el de Rafael Haddock-Lobo y el de Déborah Cinthia Balé, resuenan los ecos nietzscheanos en la obra de  Jacques Derrida. Haddock-Lobo alude a experiencias: “experiencia de la huella”, “experiencia de lo femenino”, “experiencia del adiós”, “experiencia de la interrupción”, “experiencia de lo imposible”, “experiencia del espectro”, “experiencia de la aporía”. Estos son modos derridianos de remitir, de algún modo, al quizás nietzscheano. Balé, por su parte, trabaja la cuestión de la animalidad en Derrida, con tres textos claves de nuestra literatura argentina: “La Refalosa” de Hilario Ascasubi, El matadero de Esteban Echeverría y “La fiesta del monstruo” de J. L. Borges y A. Bioy Casares, proponiendo un análisis de la experiencia peronista desde conceptos desarrollados por el pensador francés. Y Nietzsche hace su aparición en el texto en relación a la problemática
de la crueldad.

Mario Martín Gómez analiza en su artículo la noción de “Naturaleza” (Natur) en Martin Heidegger para mostrar su función estructurante en la “ontología fundamental”. En este sentido, Gómez alude a las diversas manifestaciones de la naturaleza, para evidenciar el “poder de la naturaleza” y hacer patente el juego de oposiciones de patencia y latencia, propio de la ontología heideggeriana. Por su parte, Gabriela Berti trabaja un concepto nietzscheano, el de caos, en el modo en que lo hereda Gilles Deleuze. El arte, la filosofía y las ciencias se enfrentan con el caos y el peligro que éste significa para el pensamiento. Berti caracteriza el modo en que la propia filosofía deleuziana se mueve en un constante caos-cosmos, atenta al enemigo del pensamiento: la opinión.

El Dossier de este número reúne, como el número anterior, varios trabajos breves de los integrantes del Proyecto de Investigación Plurianual, PIP-CONICET 2056 “La impronta nietzscheana en el debate filosófico contemporáneo en torno a la biopolítica” que dirijo, con la codirección de María Luisa Pfeiffer, en el Instituto de Filosofía “Alejandro
Korn” de nuestra Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. El proyecto analiza la presencia nietzscheana en el debate actual sobre la biopolítica, atendiendo a una serie de conceptos como poder, vida, animal, soberanía, esenciales en dicho debate, y que acusan una fuerte influencia del filósofo alemán. En esta segunda parte del
Dossier, reunimos algunos de los trabajos que fueron expuestos en la “Jornada Nietzsche y la biopolítica, Viejos problemas, nuevas perspectivas”, realizada en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires el 2 de diciembre de 2011, y organizada por los miembros del proyecto de investigación. Los trabajos que presentamos aquí responden a dos de las problemáticas planteadas: las políticas de resistencia frente a los biopoderes, y la cuestión de la animalidad (cuestión para la que nuestra revista está armando un número especial).

En el momento en que cerrábamos la edición de este número, me enteré, con mucho dolor, del fallecimiento de Pablo Sebastián García, quien fuera compañero de estudios y luego colega docente nuestro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. No pude sino recordar que el primer seminario que cursé sobre el pensamiento nietzscheano, dictado por el Dr. Bruno Piccione, fue con él como compañero. Como el seminario abordaba tal vez una de las obras más difíciles de Nietzsche, Así habló Zarathustra, Pablo me había facilitado sus apuntes de un curso anterior sobre Nietzsche. Aún conservo el recuerdo, después de más de treinta años, de las papeletas cuadriculadas en las que, con letra de imprenta, sumamente prolija y pequeña, había ordenado los temas nietzscheanos. Mi primer acercamiento a Nietzsche fue en esa alegría de compartir su amistad, por
ello, quisiera dedicar este número de Instantes y Azares a su memoria. Pablo S. García logró atesorar en su existencia lo mejor del pensamiento nietzscheano: la jovialidad.

MBC, invierno de 2012

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