El presente número doble de Instantes y Azares reúne, en primer lugar, dos de las conferencias dedicadas a Nietzsche en las V Jornadas Internacionales Nietzsche y I Jornadas Derrida, que coordiné a fines del año 2006, y que se realizaron en la Alianza Francesa de Buenos Aires. Los artículos de Camille Dumouilié y Chantal Jaquet representan sus respectivos trabajos en dichas Jornadas. Por otra parte, los textos de las conferencias y algunos de las exposiciones en los paneles dedicados a Derrida serán publicados a la brevedad en el volumen colectivo Por amor a Derrida.
Continuamos, asimismo, con el dossier “La recepción de Nietzsche en la cultura argentina, IV Parte, (1945-1983)”, con trabajos que remiten a la investigación que venimos realizando hace ya casi ocho años en el ámbito de la Facultad de Filosofía y Letras, y en esta ocasión, en el marco del proyecto subsidiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires (UBACYT F 809, 2006-2009).
Como lo anunciáramos en el número anterior, se inicia una nueva sección en la revista, la dedicada a los postnietzscheanos. Con “postnietzscheanos” queremos referirnos a todos aquellos autores que, sin ser necesariamente “eruditos” de la investigación nietzscheana, se hallan en una tonalidad de cercanía (y de alejamiento) del pensamiento de Nietzsche. Autores que saben asumir la idea de la filosofía como riesgo y, con ello, el riesgo del pensar, que se anuda en torno a un autor como Nietzsche solamente para desanudarse, para despedirse, para iniciar la partida.
Los postnietzscheanos, como he señalado en otro lugar, son los discípulos dispuestos a la pronta partida. Y aquí “discípulo” se dice de muchas maneras: no denota ni al alumno ni al iniciado, sino al que se aproxima a un pensamiento para no quedarse en él como en un rincón –de dogma, de certidumbre- sino para tejer otros tejidos textuales con el mismo. Tejidos que ya no reconocen la tela original sino por una lejana cercanía, por un “aire de familia” que patentiza modos del pensar, más que contenidos o doctrinas de ese pensar.
Tengo la convicción de que ésta es la mayor “enseñanza” de ese maestro del pensar que fue Nietzsche, enseñanza del más duro de los aprendizajes: el que sabe des-aprender. Las lealtades que guardamos hacia los maestros no transitan los caminos de la mismidad del pensamiento, sino que remiten a otras fidelidades, que suponen el cuidado del otro. Muchas veces este cuidado implica, necesariamente, saber alejarse del maestro, para forjar otros caminos del pensar. Por ello reuniremos aquí trabajos que remiten a huellas de Nietzsche en el pensar actual, y contamos en este número, entre otros textos, con artículos de Etienne Balibar y Philippe Mengue.
Esta sección de postnietzscheanos transitará, de ahora en más, las huellas de Nietzsche en autores como Bataille, Blanchot, Deleuze, Derrida, Nancy, Cacciari, y tantos otros. Tantos otros que pudieron ver en Nietzsche, más que la senda de un camino a seguir paso a paso, la huella casi borrada de un anhelo.