Se ha tornado habitual reducir el lugar del animal en Así habló Zarathustra a ciertos desplazamientos simbólicos de tono antropocéntrico: el águila, en este sentido, representa el orgullo (humano), la serpiente, la inteligencia (humana), y así con el resto de los animales de la obra. En este artículo, sigo un camino diferente para trabajar el tema: el camino que vincula la cuestión del animal al problema del otro. En esta perspectiva, el animal es presentado básicamente como un extraño: el extraño devenir que también somos nosotros mismos en tanto animales. En este sentido, el pensamiento nietzscheano puede contribuir al debate en torno al posthumanismo. Leer Mas